オス ランブランス

This was our fourth stop on our Camino, and easily our very best accommodation and breakfast. The property itself is a sensitively restored collection of farmhouse buildings. No expense was spared to create a beautiful oasis for tired travellers. The proprietor, Marguerite, bent over backwards to for us - dropping us into Padron for dinner, and back to our Camino start point following day. We’ve never experienced such selfless hospitality. The breakfast was exceptional too. Cannot recommend this wonderful property highly enough.

Ona scale of 1-10, I'd rate this a 15. The owner was absolutely delightful, and the meals she provided were excellent. The room was fantastic and quiet. Just a wonderful experience. We stayed here as part of the Camino and it was our best choice.

great family run rural guest house, very clean, great quiet location very friendly staff. We stayed twice in this location just for a night at a time. we had breakfast which was fantastic, varied and fresh.

Esta casa rural es una maravilla para todos los sentidos. Las habitaciones están distribuidas en varias casitas, que son preciosas por dentro y por fuera; fuera y dentro de las habitaciones. Los espacios comunes están cuidados y diseñados con mucho estilo siendo a su vez muy acogedores y el jardín es digno de disfrutar largo y tendido (en nuestro caso, nos hizo sol y estuvimos a punto de cancelar nuestros planes solo por quedarnos ahí unas horas más). Para finalizar nuestra experiencia, nos despedimos con un desayuno completo y riquísimo. Todo ello, creo que es posible a personas como Tina y María. Muy agradecidas de haber encontrado este oasis.

Llegamos a esta casa rural tras haber concluido una etapa del camino De Santiago. El lugar es maravilloso y muy tranquilo cuidando hasta el más mínimo detalle. María, la chica que nos atendió fue encantadora, mi hija venía muy dolorida y nos subió a la habitación un barreño con agua caliente y sal para mejorar su dolor de pies. GRACIAS! Cenamos allí mismo una cena preparada con mucho cariño y el desayuno estaba preparado hasta el mínimo detalle para nuestra partida. Volveremos seguro porque merece la pena pasar la noche en este lugar con tanto encanto.

Llegamos tras haber completado una etapa del Camino De Santiago. Mi hija venía con los pies y gemelos muy doloridos. La chica que nos atendió, llamada María, nos habló y ayudó con mucho encanto. Y un tiempo después subió un barreño con agua con sal para aliviar el dolor de pies. El lugar es simplemente maravilloso. Tiene bastante encanto, y es muy acogedor y bonito.