ラス モラダス デル テンプル(Las Moradas Del Temple)

Para nosotros es nuestra tercera vez que vamos porque no hemos encontrado ningún sitio de las mismas característicos y calidades como LAS MORADAS DEL TEMPLE. Desde que llegas hasta que te vas los dueños están pendiente de todo, el desayuno y la cena es abundante y deliciosa, las habitaciones increíbles, grandes , limpias y decoradas al completo. Gracias Adelaida y Sergio por hacernos disfrutar de “NUESTRO LUGAR FAVORITO” Hasta el año que viene sin duda.

Un hotelito con mucho encanto, adaptado como medieval y los templarios. Con sólo 5 habitaciones super bonitas todas con ese mismo estilo, nos encantó. Los dueños Adelaida y Segio súper agradables nos explicaron cada detalle y nos hicieron sentir como en familia . No pudimos llegar a tiempo para cenar. Pero si desayunamos y una pasada de desayuno, no falto un detalle . Nosotros volveremos solos o con amigos. Por que la experiencia fue genial. Muchas gracias por vuestra acogida y atención Adelaida y Sergio. Recomendado 100x100 si quieres un sitio para relajarte y apartarte del ruido.

Es un alojamiento precioso, y sus dueños son unos auténticos anfitriones que cuidan cada detalle. Muy recomendable

Una estancia de 10 Por instalaciones, por decoración, por la habitación (Doncella de Orleans), por limpieza, por tranquilidad, por gastronomía, por la atención y el estar pendientes de todo …. muchas gracias Adelaida y Sergio

Fantástico sitio para descansar y descubrir el Maestrazgo. El pueblo de Mirambel es increíble, como toda la comarca y si encima te alojas en una casa como ésta pues doble premio. Todos los detalles están cuidados y l pareja que lo lleva es encantadora. Os aconsejaran en todas las visitas a realizar y os ofrecerán un desayuno como todos soñamos los días de fiesta.

Hemos estado alojados en Las Moradas del Temple, en Mirambel y seguro que volvemos. Es un espacio de tranquilidad y buen gusto, donde con facilidad te ves transportado a la Edad Media. La pareja que la regenta es amabilísima, están a tu disposición para lo que necesites y, como buenos conocedores del Maestrazgo, pueden asesorarte sobre los lugares a visitar y rutas a seguir. Podría hablar también de la extremada limpieza que se respira dentro y fuera de las habitaciones, pero, para no extenderme más, destacaré otro aspecto que considero fundamental, la comida. Ellos mismos se encargan de cocinar y los platos que hacen son abundantes y exquisitos, ( he comido aquí las mejores carrilleras de toda mi vida) y si nos vamos al desayuno es excepcional, fruta, zumo, unos huevos fritos que son para recordar, jamón, queso y se termina siempre con algo dulce también elaborado por ellos, la mayoría de las veces con recetas antiguas. Es un sitio muy recomendable que recordaremos siempre y al que esperamos volver

Hemos estado alojados en Las Moradas del Temple, en Mirambel y seguro que volvemos. Es un espacio de tranquilidad y buen gusto, donde con facilidad te ves transportado a la Edad Media. La pareja que la regenta es amabilísima, están a tu disposición para lo que necesites y, como buenos conocedores del Maestrazgo, pueden asesorar sobre los lugares a visitar y rutas a seguir. Podría hablar también de la extremada limpieza que se respira dentro y fuera de las habitaciones, pero para no extenderme más destacaré otro aspecto que considero fundamental, la comida. Ellos mismos se encargan de cocinar y los platos que hacen son abundantes y exquisitos, ( he comido aquí las mejores carrilleras de toda mi vida) y si nos vamos al desayuno es excepcional, con fruta, unos huevos fritos que son para recordar, jamón, queso y acabando siempre con algo dulce: bizcochos, rosquillas, torrijas, también elaborado por ellos, mediante recetas antiguas. Es un sitio muy recomendable que recordaremos siempre y al que esperamos volver

Fueron 3 días maravillosos, estuvimos en la habitación “Tour Magdala”, preciosa y cómoda además de acogedora y llena de encanto. El trato de Adelaida y Sergio increíble, te hacían sentir como en casa. Unos desayunos riquísimos, totalmente recomendable

Excelente trato de los dueños. Un hotel precioso y muy confortable. El desayuno casero magnífico. Mirambel es un pueblo precioso y sus alrededores también. Una estancia de diez. Sin duda lo recomendaremos.