El hotel está muy bien ubicado, a 5 minutos de Santa Elena y Monteverde, con la suerte de estar en medio del campo y poder estar en silencio. La finca está llena de naturaleza, plantas, pájaros exóticos, y tiene senderos para pasear. Las cabañas tienen unas vistas espectaculares. Es una maravilla poder dormir en un sitio tan especial! Además, Ruth nos recomendó y ayudó mucho a organizar actividades y disfrutar la zona. Todo el equipo es muy amable y el desayuno está muy bueno. Nos dieron a elegir entre 5 platos y todos nos gustaron mucho. Repetiría 100%.
自動翻訳