Renzo A. Jiménez
2021年10月7日
El dueño del establecimiento fue muy atento. Se preocupó de imprimirnos los boletos del tren en plena madrugada. Las camas estaban impecables. Había televisión por cable.
Gracias a su ubicación pudimos conocer el hermoso centro histórico de Ollantaytambo, lleno de callejuelas de piedra, e incluso nos metimos en una de las chicherías con los naturales del lugar.
Como no podíamos desayunar en la madrugada, nos prepararon una lonchera para cada uno, muy prácticas, aunque una de las cuatro mandarinas no estaba en buen estado y tuvimos que tirarla.
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