Estuve alojado con mi mujer en el hotel la noche del 2 al 3 de septiembre. La sorpresa al entrar en la habitación fue mayúscula: de muy reducidas dimensiones. Acto seguido, descubrimos las otras incomodidades presentes en la habitación: Un colchón que parece una cama elástica (malíiiisimo), encajado en su tercio superior entre paredes en las que un hueco hacía las veces de mesita de noche (apenas para posar las gafas). Enfrente de la cama, la bañera con un interminable goteo (el grifo no cerraba completamente) que hizo que la noche, en conjunción con el colchón, se hiciera interminable e insufrible. Por último, y no extenderme en demasía, la distribución de los servicios higiénicos resulta esperpéntica. En menos de 1 metro cuadrado, el inodoro y bidé, y el lavabo en una esquina de la habitación. De locos. Y un último detalle: unicamente disponiamos, mi mujer y yo, de un rollo de papel higiénico....empezado!!!. Definitivamente, un hotel para no volver a visitar. Ni gratis.
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