Hotel con encanto y tranquilidad. Preciosas vistas. Lugar idóneo para recargar pilas y alejarse del estrés del día a día. Lamentablemente, el spa no estaba abierto por mantenimiento y no pudimos disfrutar del mismo. Esperamos poder hacerlo en la proxi visita. El masaje relajante, un lujo. La cena buenísima! A destacar el personal, amable y atento.
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