Un bonito lugar, las camas un poco firmes al principio,ya después son cómodas, el servicio de limpieza en la habitación muy bueno,la atención de la srita Diana y su jefa Queta,muy amables todos,el único detalle a lo mejor invertir un poco en las almohadas y no hay teléfono en la habitación, pero volveremos nuevamente si la vida lo permite
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