Es un hotel centrico, cerca de Callo y Corrientes, del Congreso, de los teatros, mucha madera en su decoración, el ascensor funcionaba bien, pero al ingresar no, por lo que tuve que subir dos pisos de escaleras, el desayuno es normal, café o té, dos medialunas dulces. El personal es amable, siempre dispuestos a solucionar. Tienen un sistema de puerta con timbre muy interesante para la seguridad de los pasajeros. Las habitaciones que dan a la calle son comodas, con unas buenas cortinas que aislan de la luz natural y los ruidos. Estuvimos alojados una semana, volveriamos. Gracias.
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