El hotel no está mal, las instalaciones no son malas y la habitación era amplia y cómoda, pero el servicio es LENTÍSIMO, una hora de reloj esperando para dos hamburguesas y llegan frías y pasadas, para conseguir un café o té fuera de horario de desayuno puedes volverte loco y no encontrar y si lo encuentras va a estar malísimo, no intentes pedir un jugo o smoothie porque te dicen que solamente hacen cócteles… No hay muchas hamacas disponibles y la gente baja a primera hora, pone su toalla encima y se marcha por horas dejándola supuestamente ocupada, con lo que o coges sitio a las 7 am u olvídate de poder estar en la piscina. Lo único realmente bueno su restaurante japonés, la comida está muy buena y el personal es encantador al igual que el equipo de botones, muy atentos y agradables.
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