Primero destacaré lo único bueno: está céntrico y hay bastantes parkings cerca (de pago a 10 euros el día en todos). Lo demás: necesita un remozado serio. La habitación tiene muebles muy antiguos, como de los años 70, el aire acondicionado funcionaba muy flojito (19º de temperatura y apenas se notaba). Además la terraza daba a un patio interior donde están ubicadas las máquinas del a/a con lo que no pudimos ni abrir la ventana del baño, mucho ruido. Pero lo peor es que la cama se llenó de hormigas durante la madrugada que salían de detrás de las mesillas y subían por las almohadas. Inexplicable e intolerable, pues el precio en agosto es de un hotel de 4**** y sin desayuno. No volveré.
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