Un domingo que fuimos a conocer Salas, habíamos visto por internet que podía ser interesante comer aquí, dado que no teníamos referencias de ningún sitio, y menudo acierto. Nos quedamos en la terraza, aunque tiene restaurante también en el interior, porque el clima era muy agradable a pesar de que hacía frío, y con decir terraza, nos quedamos cortos, tiene un patio interior precioso con un corredor de madera, muy acogedor. La atención del personal muy amable, la carta variada y tradicional, y los platos espectaculares. Pedimos croquetas de entrante para compartir y un plato para cada uno, pescados, cachopo, y unos postres buenísimos. Todo genial, muy recomendable sin duda alguna.
自動翻訳