Todo perfecto. Es un edificio tradicional bien ubicado y agradable, muy limpio y con las instalaciones adecuadas para una estancia corta en Sofía. El desayuno está incluido, con pan tostado, zumo, café, yogur, etc. Muy completo. Lo mejor del hotel es que el propietario te cuenta la historia del país mientras desayunas, lo cual es una experiencia muy interesante porque habla con pasión y sabe muchísima historia. Merece la pena aloj**** aquí solo por eso. Un 10 el anfitrión.
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