Cerca a la estación del tren, se sube un poquito, pero normal no fue problema. El hotel es lindo, lo malo es que la vista de nuestra habitación no fue lo que esperaba, yo pensaba estar en el balconcito, tomar algo con la persona que fui, pero no había luz en el balcón y la recepción cierra y ya no hay quien atienda. Es raro que la recepción no esté siempre abierta, finalmente fuimos a un bar cerca. Fuera de eso, la habitación cómoda, muy linda y nos dieron guía y facilidades. Por ejemplo, nosotras no íbamos a poder tomar el desayuno del día siguiente, ya que nuestro tren salía muy temprano, pero nos brindaron el desayuno el día que llegamos (que también fue muy temprano). La atención de la chica de recepción fue muy buena también. El único detalle fue la vista del balcón, que da a una pared de calaminas de metal... y que no había luz en el balconcito.
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