Hotel integrado a la naturaleza selvática del lugar, sin romper el ecosistema, sin dañar el manglar. Acceso a una bahía a pie del hotel con una pequeña playa y un muelle, perfecto para Kayaquear de una manera muy segura, incluso niños de 12 a 14 años pudieron salir solos a la bahía. El personal atento, muy servicial y amable, el Sr. Sergio y Benjamin hacen que todo lo que necesites aparezca mágicamente al momento. La comida deliciosa. Sabine y su papá Fernando te hacen sentir como parte de la familia, como si llegarás a tu propia casa. Gran Experiencia, sin duda lo reconendamos
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