Caserio Kamirune

Pongo 1 estrella porque no puedo poner menos. Estuvimos del 9 al 12 de agosto. Nos cambiaron la habitación, de una con dos camas grandes a una con cama grande y una supletoria. Avisamos al dueño por el chat de Booking y nos dijo que nos había cambiado a una mejor, cosa que es mentira, porque vimos la que teníamos reservada y era mentira que el cambio fuera a mejor. El día que dejamos la habitación vimos salir 4 personas de la que debía de ser nuestra habitación; nosotros somos 3, y ahí lo entendimos todo: nos mintieron para cambiar la habitación para meter a 4 en nuestro hueco de 3. Una cara dura increíble. Además no nos hicieron la habitación la primera noche, preguntamos el motivo y nos dijeron que no se hacen las habitaciones, cuando no está especificado en ningún sitio. Cómo nos quejamos, de repente al día siguiente la habitación estaba hecha. Increíble que haya que quej**** para esto, que es lo mínimo que se espera en un hotel. La habitación además era fea a dolor, con clavos en las paredes, sin ningún tipo de mueble, las camas, las mesitas y ya. Paredes sucias de matar mosquitos, sin mosquiteras y con mosquitos para dar y regalar y encima un calor impresionante en la habitación. Adjunto fotos, de la habitación que nos dieron, y de la habitación deluxe con 2 camas grandes que reservamos, y que cada uno juzgue si nos dieron una habitación mejor o no, no penséis que esto es una pataleta, vedlo con vuestros propios ojos. En resumen: NO VAYÁIS. Nos engañaron, nos cambiaron la habitación y nos tomaron por tontos.

La ubicación del Caserío es excelente, un entorno natural, tranquilo y desde donde se puede llegar con facilidad a Bilbao, la costa vizcaína y San Sebastián. El trato del personal excelente, tanto de las camareras como del propietario, Josu, quien en todo momento estuve dispuesto a aconsejarnos en la planificación de nuestras visitas. El precio mejor directo que en plataformas de reserva, además al ir con niños les excluyó del pago del desayuno durante la estancia. Los desayunos por cierto muy completos. Disponen de in txoco donde uno puede cocinar si así lo desea por un precio muy razonable. Las instalaciones correctas, habitaciones reformadas, con colchones nuevas y muy cómodos.

Un lugar inolvidable y acogedor, ideal para hacer senderismo.cerca de la playa y de bilbao. Las instalaciones ,piscina,barbacoa y habitaciones tranquilas limpias ,camas comodas El anfitrión Josu muy atento explicándonos todos los sitios de interés y ofreciendo todo cuanto necesitáramos El desayuno muy bueno(zumo de naranja natural) merece la pena resaltarlo porque no en todos los sitios es así. Lo peor ,el fin de las vacaciones y tener que irnos. Volveremos sin duda