La Sinagoga

Todo genial y dar las gracias al trato que recibimos de Isabel (Isa) que nos hizo muy agradable la estancia; sus explicaciones y recomendaciones nos resultaron muy útiles. El sitio genial, con historia, muy bien situado y la habitación muy acogedora. Recomendable la cata de vinos que acudimos y el festival Folk genial Gracias Isa por este finde, nos lo pasamos genial

Alojarse en la hospedería es una experiencia preciosa. Tienes el privilegio de dormir en un lugar con un gran pasado histórico que han sabido mantener con mimo y cariño tanto con la estructura y decoración de la vivienda como con la explicación de la misma. Tanto Mamen como Isabel te acogen de maravilla y están atentas a todo cuanto necesitas pero a la vez te hacen sentirte en casa. La explicación de la casa, bodega y la cata de vinos nos encantó. Fue un rato muy agradable y familiar. Y te hace ser consciente de dónde estás y que ha acontecido allí. Volveremos sin dudarlo.

No es de 4estrellas. Vamos, que no cumple ningún requisito. Sin aire acondicionado ni calefacción!! No tiene ascensor, ni comedor como tal. Ni entrada accesible, ni hall, ni recepción. Olor horrible en la habitación por las cañerías. La habitación sin armario. Ni un sólo cajón. Sólo una "librería" de 50cm. La puerta del baño es anecdótica, corredera y traslucida. Separada unos 5cm, no da ningún tipo de intimidad. Tampoco tiene ventilación ni rejilla. 2 mini botecitos de gel como ameneties. No nos hicieron ni la cama. El desayuno para 2: 4 lonchas de serrano bueno; 2 lonchas de york, incomible; café, zumo y 2 trocitos de bizcocho. Un día pan, el otro no. Y deseando acabar para dejar de pasar frio con todo abierto y 12° El precio es desorbitado para lo que es. Pero si ya empiezan mintiendo respecto a que es hotel, de 4*.... Pues imagina. Si pusieran hotel boutique, con encanto o similar no te sentirías timado.

Vistas las opiniones del resto poco más que refutarlas y una pena no haberlas leído antes, fuimos a comer y precios desorbitados, calidad muy pasable y en general te vas con la sensación de haber sido estafado, sobre todo en comparación con los precios de los restaurantes de Castilla y Leon zonas rurales, donde a veces parece que por "suerte" no ha llegado la inflación. En este sitio se aprovechan del turista, en la casa de INFORMACIÓN del pueblo te dicen que vayas aquí si preguntas por un sitio donde poder pagar con tarjeta, el resto es historia, 15€ por unas "bolas" que hacen llamar croquetas congeladas, refrescos de botella sin gas alguno, a 6€ el huevo frito sin patatas o guarnición, por supuesto no te ofrecen carta y cuanto meten la comanda en el datafono no te lo esperas, hasta que descubres que has pagado el cuádruple de precio que en el pueblo de al lado Sale el cliente amargado, ellas, son listas, ya que valiendose de que son las únicas del pueblo que usan datáfono se aprovechan

Estafa, engaño. comimos 11 personas todas menos dos personas pidieron el menú de Asado de cordero lechal, aunque lo de lechal es un anuncio, las piernas eran de dinosaurio. otros pidieron el menú con sopa castellana y chuletas, las chuletas fueron 4 contadas, pequeñas y prácticamente sólo el Palo 35,00 € Pero la estafa fue, que en donde todos lados, internet, la carta a pie del local, decía que el menú de cordero eran 40,00 €, a la hora de pagar nos dice que son 45,00 €, argumentando que en donde aparece 40 no es lo correcto porque no lo ha cambiado. ¡¡¡Flipante!!!, al final por no tenerla y amargarnos el viaje, se pago lo que dijo, pero deberíamos habernos negado a pagar 45. Supongo que contestará a esta crítica muy amablemente....

Pasamos dos noches mi mujer y yo en el hotel Jaramillo, y lo más importante y lo mejor, ha sido el trato humano dispensado por Isabel (Isa). En todo momento atenta a lo que necesitáramos, dándonos información de lugares, edificios importantes, etc. Un encanto de mujer. Las habitaciones amplias, acogedoras y buen colchón. En definitiva, ha sido una estancia digna de volver a repetir.