Fui a Bilbao a presentar mi libro y sufrí la desagradable experiencia de que me robaran el móvil en la calle. En el hotel no me permitieron entrar en la zona de recepción para utilizar su teléfono, de modo que fue un tanto complejo conseguir hablar con la operadora para bloquear el aparato, puesto que la recepcionista tenia que ir marcando en el fijo que estaba dentro las teclas que yo le iba diciendo desde fuera. Me pareció una norma de seguridad excesivamente estricta en una situación de urgencia y desesperación como la que yo tenía, pero finalmente lo conseguimos, aunque no me lo pusieron fácil. Creo que en ocasiones como esa debería poder hacerse una excepción. No tiene ascensor y la habitación estaba limpia, pero muy chiquita. El garaje imposible. Minúsculo y complicadísimo de maniobrar para encarar la rampa, casi en L y muy empinada. Nada recomendable para conductores poco experimentados o con claustrofobia. No repetiría la experiencia.
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